Viento espa ol y cenizas de recuerdos

;Recuerdas el polvo despu;s de la lluvia en Andaluc;a?
Amargo como caf; fr;o en el balc;n,
donde un viejo con su guitarra cantaba
que hasta las piedras guardan pasos de enamorados.

Bebimos zumo de granada en tazas de barro,
y las naranjas en los huertos pesaban como viejos secretos.
El viento de Sierra Nevada tra;a susurros de murallas moriscas —
los siglos borraban nombres, pero no el dolor.

Dec;as que en cada casa aqu; habitan sombras:
unas bailan flamenco bajo la luna,
otras escriben cartas en la arena
que el mar se lleva por la ma;ana.

Yo miraba c;mo las cenizas de la hoguera
ascend;an hacia las estrellas,
y pensaba: solo somos un dibujo en un azulejo.
Incluso la pasi;n, incluso los juramentos hechos a medianoche,
ser;n un color en el mosaico ajeno.

Pero si alguna vez regresas —
busca el olivo junto al camino a Granada.
Bajo ;l escuchamos en silencio madurar el tiempo.
Sus ra;ces a;n recuerdan nuestro sue;o