Huellas en la niebla
en el silencio
se perd;an
en la bruma del alba.
Y solo los trazos
sobre el cristal
dejar;n huella,
hechos invisibles.
Y a trav;s de noches
bajo la luna
abrir;n puertas
hacia lo eterno.
Huellas en la niebla —
sobre el cristal —
transformar;n el destino
en eternidad.
Huellas neblinosas
se deshacen
al alba.
Y el s;mbolo de pureza
contar; tu
destino.
;Huellas neblinosas:
tocamientos
del hado!
Y en tu cristal
no hay sello
de olvido.
Llueve en calma
tras la ventana,
la lluvia de noviembre,
mas no es severa.
Sino como un amigo
que ofrece el hombro,
tan invisible
y tan seguro.
Y en silencio,
sobre tu mesa,
la vela se apagar;,
llorando cera.
Mas no se borrar;
la huella en el cristal
del tenue velo
matinal.
Huellas neblinosas
se deshacen
al alba.
Y el s;mbolo de pureza
contar; tu
destino.
;Huellas neblinosas:
tocamientos
del hado!
Y en tu cristal
no hay sello
de olvido.
Y al amanecer
miras t;
el cristal limpio,
fresco y claro.
Y descubres
huellas c;lidas
sobre el vidrio,
como eternidad.
Y el sol
no las tocar;,
guard;ndolas, memoria
de la niebla.
Contigo quedar;
la pureza,
huella en el alma
como en un templo.
Huellas neblinosas
se deshacen
al alba.
Y el s;mbolo de pureza
contar; tu
destino.
;Huellas neblinosas:
tocamientos
del hado!
Y en tu cristal
no hay sello
de olvido.
Свидетельство о публикации №125110107090
