дорис

Татьяна Кисс
T;A DORIS
Entre nosotros la vida siempre fue distante
bajo el cielo del sur todo nos une y todo nos separa,
con esas distancias hacemos finalmente cercan;as.
Tantas estrellas all; arriba, pero en el alma ninguna conocida.
Nosotros fuimos esquivos de amor convencional.
Pero al fin puedo verte, puedo imaginarte,
despojada ya de todo tiempo.
S; que no hay orden en las cosas posibles,
solo perviven secretas islas de lenguaje deslumbrado,
all; donde hubo el tono de voces veneradas.
Tengo la dulce impresi;n de haberte conocido,
en un cara a cara junto a tu gran pedagog;a.
Cada uno es un poco del otro y es tan poco
que se embriaga de esos venenos que no matan
pero se;alan la caducidad del tiempo.
Hay una vieja fotograf;a donde pareces Ingrid Bergman,
te ves inmaculada junto a tu m;quina de coser.
En el fondo se ven tus viejos libros,
entre pulcras ropas ya olvidadas.
El limonero se;ala que es pr;ximo el invierno.
Al fin que importa el tiempo, cuando todo se cumple
y morir es un detalle necesario,
como decir adi;s o ma;ana nos vemos.